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Opinión

Centros comerciales indefensos ante la inseguridad

Por: Alejandro Desfassiaux Swipe

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El pasado 26 de junio, a las 19:08 horas, tres hombres robaron una joyería en Plaza Antara, Polanco, en tan solo ocho minutos, llevándose al menos 15 relojes de lujo y huyendo en motocicletas, sin que los guardias de seguridad del centro comercial y los elementos de la Policía Bancaria Industrial pudieran hacer algo por impedirlo. Este evento dejó al descubierto que la mayoría de los centros comerciales en la Ciudad de México están indefensos ante la inseguridad.

La razón, la mayor parte de centros comerciales, a excepción de Palacio de Hierro, Liverpool y tiendas de prestigio, contratan empresas de seguridad que son todo menos profesionales.

La razón, la mayor parte de centros comerciales, a excepción de Palacio de Hierro, Liverpool y tiendas de prestigio, contratan empresas de seguridad que son todo menos profesionales; o bien, las propias administradoras de las plazas comerciales crean sus propias empresas de seguridad. En ambos casos, se trata de empresas mal pagadas, con personal mal entrenado, sin capacitación, sin protocolos de seguridad, ni de primeros auxilios, ni tampoco de antiterrorismo, en fin, ni siquiera cuentan con protocolos contra agresión física.

| Incapacidad 

Entonces, cuando suceden actos como el que vimos recientemente en Antara, el personal de seguridad no sabe cómo actuar, cómo reaccionar, pues no cuentan con procesos de acción, reacción y operación, y lo primero que hacen es resguardarse para protegerse de una agresión. A esto, hay que sumar la inacción de los elementos de la Policía Bancaria Industrial que tenían que estar en los accesos de la plaza y nadie sabe qué pasó con ellos en ese momento. Cabe destacar que el Gobierno de Ciudad de México obliga a los centros comerciales a tener elementos de este agrupamiento en sus accesos, que son pagados por ellos mismos.

Por otra parte, hay que mencionar que, al no haber un protocolo interno por parte del centro comercial para reaccionar de manera eficiente y avisar a las autoridades lo más pronto posible, provoca que la reacción de la policía preventiva sea sumamente tardía. En este evento, llegaron ocho minutos después de que se habían ido los asaltantes.

Al no haber un protocolo interno por parte del centro comercial para reaccionar de manera eficiente y avisar a las autoridades lo más pronto posible, provoca que la reacción de la policía preventiva sea sumamente tardía.

Otro punto que jugó en contra y que provoca que estos eventos se repitan una y otra vez es el hecho de que las cámaras de seguridad de la plaza comercial no estén conectadas a al Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México (C5), lo que dificulta la reacción de la autoridad. Y muchos centros comerciales tienen el mismo problema, tanto en la CDMX como en otros estados del país.

| Responsabilidad empresarial

El evento de Antara, que no es el primero en esa plaza comercial, es un claro ejemplo de la importancia de contar con un servicio profesional de seguridad en los centros comerciales, que sea eficaz, capaz, que esté preparado y entrenado para resolver este tipo de situaciones. Es responsabilidad de las plazas comerciales cuidar de los locatarios, consumidores y transeúntes. Por fortuna, no hubo pérdidas humanas, pero pudo ser más grave.

Es responsabilidad de las plazas comerciales cuidar de los locatarios, consumidores y transeúntes.

Entonces, aquí lo recomendable es hacer un protocolo completo, contratar a una empresa de seguridad profesional, que sepa qué hacer, que tenga protocolos de acción, reacción y acción en caso de este tipo de situaciones; dos, que las cámaras de seguridad del centro comercial estén conectadas a un C5 y que los elementos de seguridad estén capacitados en su uso para reaccionar de manera eficiente y que la ayuda llegue pronto; y tres, que el personal de seguridad cuente con las herramientas para reaccionar ante una agresión como la que vimos en el centro comercial. Si hubiera habido personal con pistolas de descarga eléctrica o armas de fuego, si hubieran tenido un programa de reacción y acción para detener y consignar a los malhechores, otra cosa habría sucedido. AN

 


Alejandro Desfassiaux@grupoMSI

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