altonivel
Regresar a la edición
Pantalla completa Compartir Accesibilidad Tamaño de texto
A- A+
Animaciones
Iniciar sesión
Reportaje

Rusia no ganará; ya debe negociar: UE

El embajador Gautier Mignot, titular de la Delegación de la Unión Europea (UE) en México, dice que la eurozona y sus países aliados mantendrán su apoyo a Ucrania en todos los rubros, y que la guerra terminará solo cuando Putin comprenda que su costo es demasiado alto y que no va a ganar. La comunidad internacional deberá presionar fuertemente a Moscú para detener la agresión.

Por: Gerardo Yong Swipe

Continua en la historia

Swipe Desliza a la izquierda para continuar

| Ucrania debe esperar

La Unión Europea no es un bloque al que sea fácil unirse. Tampoco es una entidad político-económica que resuelva los problemas de otros países; es, más bien, un proyecto que busca fortalecer un sistema de gobierno con organismos supranacionales, lo cual hace que el proceso de integración sea muy cuidadoso y, muchas veces, extenso. Cualquiera hubiera pensado que Ucrania habría sido incorporada a sus estructuras tan solo por estar librando una guerra con Rusia, pero la verdad es que una decisión como esta requiere de más tiempo y de un análisis exhaustivo de sus fortalezas y beneficios.

Para ser miembro hace falta caminar por un sendero pedregoso, en el que se pide a los posibles candidatos que demuestren firmeza en el respeto a los derechos humanos, cuenten con políticas sanas de financiación interna y estén dispuestos a defender los principios básicos que son: libertad, democracia, igualdad, estado de derecho, estabilidad y, tal vez el más importante de todos, el fomento de la paz.

Cosa muy distinta ha sido con países como Suecia y Finlandia, que ya gozan de la membresía, pero la situación bélica los ha impulsado, más bien, a apresurar su ingreso a la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN) por cuestiones de necesidades estratégicas y para evitar un posible avance de Rusia hacia sus respectivos territorios.

Ambos países empezaron a considerar esa opción tras la operación militar especial lanzada por el Kremlin en el Donest, una táctica que ha justificado en defensa de la población rusoparlante, a la cual ha señalado como víctimas constantes de bandas extremistas ucranianas desde 2014.


| Poner atención a la historia

Pero, aunque el Kremlin insista en que sus fuerzas armadas están en la zona solo para proteger a civiles rusófilos, los resultados no han sido alentadores hasta ahora; al grado de que, en lugar de que la OTAN se retraiga, más bien aumenta su avance hacia el oriente y el Cáucaso. Una acción que los rusos han identificado como una nueva provocación a su seguridad nacional.

Si bien Moscú ha acusado constantemente a Ucrania de comportarse como un remedo nazi, en el que sus milicias se identifican con emblemas de la SS cuando realizan sus ataques, lo cierto es que, cada vez más, el tablero recuerda los inicios de la Segunda Guerra Mundial. Solo que ahora es Rusia la que está enfrentando una situación similar a la que vivió la Alemania nazi cuando invadió Polonia en 1939 y, poco después, más de 40 países le declararon la guerra, incluyendo México.

Para el Pentágono, esta urgencia de Finlandia y Suecia por integrarse a la Alianza Atlántica fue ocasionada por la rigidez rusa que, en lugar de favorecer una solución, se está viendo atrapado en sus propios límites. Según perspectivas de varios medios de comunicación internacionales, como Reuters, CNN y la BBC, ambos países podrían ser absorbidos por la OTAN a mediados de este año, lo que demuestra que la guerra no terminará antes de fin de año.

Solo habría que volver a los tiempos de finales de 1939, cuando Helsinki enfrentó las tropas del Ejército Rojo durante la Guerra de Invierno, tras negarse a intercambiar territorios que Moscú deseaba para establecer bases militares y para defender Leningrado. El oso soviético ignoró la negativa finesa y, simplemente, invadió al país boreal en noviembre de ese año, ocasionando un conflicto que duró casi cuatro meses. Ahora, las autoridades blanquiazules simplemente no quieren quedarse solos, en caso de una nueva tensión semejante.


| ¿Y la OTAN?

Por su parte, el Kremlin teme que la intención de Finlandia de unirse al bloque euroatlántico comprometa una mayor movilización de fuerzas y armamento a lo largo de la línea fronteriza con ese país, un frente que tendría que abrir necesariamente.

Con respecto a Suecia, su integración a la OTAN podría ser aún más rápida, al grado que se dice que podría estar lista para ser aprobada en las “próximas semanas”. De ser así, la Alianza euroatlántica pasaría de 30 a 32 miembros, aunque se dice que Finlandia se ha comportado todas estas décadas como si fuera un miembro de la organización sin necesidad de membresía. La guerra de Ucrania solo podría significar para Helsinki la regularización de sus intenciones con la OTAN, bajo el concepto de que, si Rusia no dudó en atacar a sus primos ucranianos, ¿qué podría esperarse de ellos en los próximos meses?

De cualquier manera, la Unión Europea atraviesa un año crucial en lo que respecta a su política de ampliación. En 2013, Croacia se unió al bloque, pero siete años más tarde, Reino Unido fue el primero en abandonarlo y en rechazar las instituciones eurocomunitarias. Pese a esto, la lista de países que buscan ingresar a este espacio sigue creciendo. Además de Ucrania, que se encuentra en el centro del conflicto bélico con Rusia, Moldavia y Georgia han intensificado sus reformas en un intento por formar parte del círculo de Bruselas lo antes posible.

De hecho, Albania y Macedonia del Norte ya iniciaron pláticas con las autoridades europeas para expandir la integración en los Balcanes. Otros candidatos, como Turquía, ya muestran signos de agotamiento y desinterés por sumarse al bloque.


| ¿Qué viene?

Ante los retos que enfrenta la Unión Europea, Alto Nivel buscó al embajador Gautier Mignot, representante de la Eurozona en México. Esta es la entrevista que el diplomático concedió a nuestra publicación.

AN Embajador Mignot, ¿hay posibilidad de incluir a Ucrania en la Unión Europea?

Ucrania ya ha sido reconocida oficialmente como país candidato, lo cual es la primera etapa; algo que es muy importante en su camino a la adhesión. Es un proceso que tiene varias etapas: la próxima será la apertura de las negociaciones de adhesión, después la finalización de este paso y, posteriormente, su ratificación. Este es un procedimiento que está muy vigente y que tiene como finalidad asegurarse de que el candidato esté suficientemente preparado para asumir las obligaciones de un estado miembro de la Unión Europea. Es algo que puede durar varios años, porque no es un asunto que se logre en unos meses. Hay reglas claras para convertirse en miembro y Ucrania tendrá un lugar en la Unión Europea. Para muestra de ello basta y sobra el hecho de que haya sido considerado como candidato y que su trayectoria ya está bien trazada.


AN ¿Qué impacto ha tenido la guerra de Ucrania para el bloque europeo?

El impacto ha sido positivo y negativo a la vez.  Esto último por la gran cantidad de refugiados que ha generado esta crisis, esto es, la ruptura del orden y del equilibrio de seguridad en Europa por parte de Rusia, lo cual ha significado una amenaza para la Unión Europea y todos sus miembros, por sus consecuencias energéticas, situación que nos ha llevado a buscar otras fuentes de abastecimiento, sobre todo de gas. El costo de la energía ha afectado, asimismo, las implicaciones económicas y sociales, las cuales también se han resentido en el resto del mundo. La guerra nos ha golpeado, principalmente en el sector de alimentos y en el apoyo de la Unión Europea a Ucrania, tanto en defensa y material militar, como a nivel macroeconómico y humanitario. Por otra parte, ha tenido consecuencias positivas, como el que esta guerra fortaleciera aún más la unión entre los europeos. Hemos despertado una fuerte unidad que nos ha permitido reaccionar de una forma muy determinada. Otro aspecto positivo que nos ha favorecido es que, en menos de un año, hemos logrado salir de la dependencia energética de Rusia, pues pasamos de casi el 40% de nuestro abastecimiento de gas a cero.

También nos ha convencido, a los europeos, de que tenemos que invertir más en nuestra defensa. Ahí hemos fortalecido nuestra política de seguridad común.

Por otra parte, tenemos un balance muy negativo, porque se trata de una guerra muy criminal, que es un desastre para el mundo, ya que desvía recursos que deberíamos concentrar para la lucha contra el cambio climático. La defensa de Ucrania ha tenido efectos políticos muy importantes para el bloque europeo.


AN ¿Hay alguna perspectiva de que la guerra de Ucrania termine pronto?

Hay que subrayar que los primeros que hemos buscado un diálogo para la paz hemos sido nosotros, los europeos. Hemos realizado llamadas directas al presidente Vladimir Putin y no hemos logrado un acercamiento con él. Las propuestas de arreglo que quiere Rusia han sido ridículas, básicamente absurdas, porque lo que demanda es la rendición por parte de Ucrania. Se trata, más bien, de una cortina de humo para hacer creer que Moscú quiere negociar, cuando en realidad no ha mostrado ninguna voluntad de hacerlo. Esta guerra va a terminar solo cuando Putin comprenda que el costo de la guerra es demasiado alto y que no va a ganar, que no obtendrá nada y que, por el contrario, está perdiendo. En este momento, pensamos que hay que acelerar los procesos para detener esta agresión, poniendo toda la presión de la comunidad internacional sobre Moscú. Todas las señales, por parte de los países que no condenan la invasión, que tienen posiciones ambiguas, etcétera, son aspectos que solo contribuyen a que esta conflagración persista.

La Unión Europea está determinada, junto con todos sus países aliados, en mantener un apoyo muy fuerte a Ucrania en todos los rubros. En las reuniones que han sostenido los comisarios europeos, dirigido por la presidenta Ursula von der Leven, ha quedado claro que la ayuda europea a Ucrania ya ha sumado más de 50,000 millones de euros, cifra que habríamos gastado en otras cosas prioritarias. Desafortunadamente, la paz del mundo y de Europa, así como los equilibrios socioeconómicos del mundo, tienen este precio. AN

También en esta edición

Compartir