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Jesús Rivera: el enólogo detrás de los vinos de El Cielo

Para quienes están interesados ​​en aprender más sobre el proceso de elaboración del vino, un recorrido por la bodega de El Cielo es imperdible.

Por: Ulises Navarro y Claudia Cerezo Swipe

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Jesús Rivera

Enólogo

| La experiencia hace la diferencia

Si tienen la suerte de visitar El Cielo cuando Jesús Rivera está en el lugar, obtendrán un gran regalo. Jesús es el enólogo principal de la bodega y ha estado elaborando vinos durante prácticamente toda su vida, pues nació en una familia de productores. Estudió con algunos de los grandes de la industria en la región de Burdeos, Francia, y hoy emplea una combinación de tecnología del siglo XXI y la vinificación del Viejo Continente para producir los vinos de El Cielo. Trabaja junto a su hijo, llamado también Jesús, quien desea continuar con el legado familiar.

En el Concurso Mundial de Bruselas de este año, el vino Cenzontle Blanco 2019, elaborado por Jesús, fue reconocido como el vino blanco revelación internacional, por obtener el puntaje más alto entre 7,500 muestras de 50 países.

Cenzontle Blanco es un ensamble [conjunto] de uvas sauvignon blanc, chardonnay y palomino, con una crianza en barricas de roble francés. Tiene aromas frutales de piña, manzana verde, chabacano, mandarina y guayaba, y notas de miel, mantequilla y café. En boca, tiene un cuerpo medio y un agradable equilibrio entre alcohol y acidez.

Este vino –y su reconocimiento mundial– fue el resultado del trabajo conjunto del propio Jesús y de su hijo; del CEO de El Cielo, Gustavo Ortega; y de la sommelier y embajadora de la marca, Gina Estrada.

Jesús nació en el Valle de Guadalupe y cuenta con 31 años de experiencia haciendo vinos en la región. Años antes, elaboró también para El Cielo el vino Caipirinha 2016, que obtuvo el reconocimiento al vino tinto revelación internacional en 2019.

| Jesús Rivera es muy enfático.

“Hemos sido acreedores a muchos reconocimientos, medallas y menciones internacionales en estos 10 años. Es el conjunto del trabajo de mucha gente, de haber creado un buen equipo de trabajo. Yo, como enólogo, cuento con todas las herramientas técnicas y el conocimiento para obtener vinos excelentes. Los reconocimientos me hacen sentir orgulloso, porque son vinos mexicanos. Este año cumplo 31 años de hacer vino y mi percepción y la de los consumidores ha cambiado mucho en este tiempo.

Hoy, la gente reconoce un vino mexicano de calidad. Estamos a la par de los vinos chilenos, españoles y argentinos. La constancia y el trabajo en el campo y en las bodegas nos han premiado con vinos de calidad”, dice el enólogo mexicano, y reconoce que México y El Cielo ya están visibles en el mapa vinícola mundial, por su calidad excepcional.

“En los próximos 10 años veremos una consagración de todo el trabajo que estamos haciendo en El Cielo alrededor de la viticultura orgánica; no solo para lograr el óptimo aprovechamiento del terreno, sino para conseguir una uva de mayor calidad, mediante procesos sustentables con el entorno y sin utilizar productos químicos, dice.

En mi caso, como enólogo, me dedico a diseñar vino, pero un vino de calidad, hecho de la manera correcta, enológicamente hablando. Mi misión es crear las mejores uvas para producir los mejores vinos. Tenemos 90 hectáreas de viñedos con uvas de distintos años de producción y diferentes condiciones climatológicas, así que aún no alcanzamos el 100% de la producción. En cada viñedo estamos haciendo cosas muy interesantes, así que los próximos 10 años serán cruciales para el desarrollo de los tres viñedos: Valle de Guadalupe, San Jacinto y Ojos Negros”.

| Variedad y calidad…nada sencillo de lograr.

Estas tierras ofrecen 15 variedades de uva de distintas partes del mundo, como Francia, España e Italia. “Iniciamos con un viñedo convencional y mucho trabajo, y después produjimos clones certificados y trabajamos con diferentes raíces, para crear mejores uvas, en calidad y cantidad, y aprovechar mejor los recursos de la zona. Gracias a la tecnología, hoy estamos desarrollando una viticultura de precisión”.

Cada año, El Cielo produce alrededor de siete toneladas de uvas rojas (tintas) y blancas, por hectárea; sin embargo, este será el primer año de producción del viñedo de Ojos Negros, región que ha padecido los embates del clima extremo, las enfermedades de las plantas y la falta de agua.

Las heladas que acaecieron en la región durante el invierno pasado dañaron muchas plantas; sin embargo, Jesús está optimista de que la tierra les dará distintas variedades de uva para preparar vinos de calidad: tempranillos, syrah-shiraz y garnacha. En el Valle de Guadalupe darán fruto savignon, cabernet sauvignon y chardonnay. “Los tres viñedos de El Cielo hacen un excelente ensamble para nutrir nuestra mezcla de vinos excepcionales, y eso es lo importante”. AN

 

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