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Opinión

2023, año complejo

Por: Laura Iturbide Galindo Swipe

Continua en la historia

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¿Podríamos este año ir surcando la “nueva normalidad”, sin los sobresaltos de los años anteriores? Muy probablemente, aunque la inflación, la guerra y la larga sombra de la pandemia seguirán estando presentes con sus respectivos impactos sobre los mercados.

La persistencia inflacionaria será determinante sobre cuánto se elevarán las tasas de interés, en el esfuerzo de los bancos centrales por controlar el crecimiento en precios y, por ende, en el nivel de contracción económica que esto provoque.

El año pasado fue complicado para los mercados bursátiles, que vieron sus peores pérdidas desde la crisis de 2008. Para 2023 se espera un mejor año, si las tasas empiezan efectivamente a descender.

Desde luego, los mercados se mantendrán expectantes respecto de hasta dónde llegará la elevación de los tipos de interés y si estos lograrán empezar su descenso a finales de este año. Esta información también resulta fundamental para los países en desarrollo altamente endeudados, que se encuentran buscando renegociar sus deudas en un contexto difícil por la alta aversión al riesgo.

El año pasado fue complicado para los mercados bursátiles, que vieron sus peores pérdidas desde la crisis de 2008. Para 2023 se espera un mejor año, si las tasas empiezan efectivamente a descender, lo que podría ocasionar un rally desde mediados del año; empero, la volatilidad y la especulación estarán presentes.

| En el ojo del huracán

Por otro lado, China vuelve a estar en el ojo del huracán, por si logran contener la dispersión de los contagios, que han cobrado ya muchas vidas. A este hecho se suman los festejos del año “conejo” en febrero, que podría atizar la situación más allá de su epicentro, con repercusión en las cadenas de suministro. Sin embargo, las presiones en precios, por la relativa escasez de commodities que esto pudiera ocasionar, se verán compensadas por la caída en la demanda interna, provocada por la erosión en la capacidad de compra debido a la inflación. Si bien la guerra continuará haciendo estragos, particularmente en las cotizaciones de los energéticos.

De esta manera, la recesión será inminente en Estados Unidos y Europa, a la par que el avance será lento en América Latina, pero Asia se mantendrá resiliente y esto compensará el descenso global. La economía mundial se expandirá en 1.5%, la mitad de lo que se espera haya sido en 2022.

El 2023 será un año de altas tasas de interés y en las naciones desarrolladas serán las más elevadas de este casi cuarto de siglo.

La inflación disminuirá gradualmente en 2023. Sin embargo, la presiones en precios continuarán por mercados laborales rígidos y alzas salariales; por lo que, en general, no será posible alcanzar la meta de los bancos centrales; esta se proyecta en 5%, en promedio, luego del 8% alcanzado el año pasado.

El 2023 será un año de altas tasas de interés y en las naciones desarrolladas serán las más elevadas de este casi cuarto de siglo. En Europa se podría ubicar entre 2.50 y 3%: en EU entre 5.50 y 6%. No será sino hasta finales del año o principios del otro que se verá una tendencia descendente

| Continúa la desaceleración

En relación a la economía nacional, continuará en su fase de desaceleración, con altos niveles de inflación. Así, podría esperarse un aumento inferior al 1% o incluso negativo, por el impacto de meses de crecimientos negativos esperados en EU, y con un aumento en el nivel de precios superior al 5%. Las tasas de interés llegarán a niveles del 11%.

El diferencial de tasas con EU seguirá atrayendo capitales “golondrinos” al país, por lo que seguirá dando estabilidad al peso frente al dólar. No obstante, en la segunda mitad del año el jaloneo político se agudizará rumbo a las elecciones del 2024 y esto podría imprimir volatilidad en el mercado cambiario, aunado a una menor Inversión Extranjera Directa y remesas esperadas, en la segunda mitad del año. Ello llevará a esperar un tipo de cambio fluctuante por arriba del 20.8 y hasta 22 pesos por dólar.

La economía nacional continuará en su fase de desaceleración, con altos niveles de inflación.

Es evidente también que un menor crecimiento, mayores tasas de interés y una depreciación presionarán las finanzas públicas. Esto llevaría a la decisión o de recortes al gasto o de mayor endeudamiento.

El 2023 será un año complicado para la economía global y para México, pero aún con el ímpetu de muchas oportunidades de negocio en el país por el nearshoring, que debieran ser aprovechadas. AN

 


Laura Iturbide Galindo
@IDEA_Anahuac • Correo: [email protected]

Laura Iturbide Galindo es Coordinadora de la Maestría en Economía y Negocios y Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac México Norte.

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