AN • México tiene destinos que van muy bien, como Cancún, pero otros están más emproblemados y hay que ponerles mayor atención en 2023.
Por supuesto. Muchos piensan que el turismo solo se refiere a los destinos de sol y playa, pero también hay turismo de negocios, cultural, religioso, de aventura, etcétera. Todas las ciudades secundarias y terciarias que son ciudades industriales están sufriendo, como las de El Bajío: Celaya, Irapuato, Salamanca y un poco Querétaro. El turismo en estas ciudades ha experimentado caídas por cuestiones de seguridad y de demanda de la industria, y no se han recuperado tan rápido como los destinos de sol y playa. Mientras tanto, el crecimiento de las playas está 20 o 30% por arriba de 2019.
Por otra parte, en las ciudades del norte del país hay mucha especulación por el nearshoring, pues podría atraer no solo demanda de cuartos, sino de conectividad.
AN • ¿Crees que en un futuro el turismo se convierta en la mayor fuente de divisas del país?
Por supuesto. Las remesas hoy son la principal fuente de ingresos de divisas y su importancia radica en que ayudan a cubrir los gastos en alimentación y salud de familias mexicanas y, en otros casos, se utilizan para comprar bienes o invertir en inmuebles o negocios. Sin embargo, debemos entender que la gente que envía remesas tuvo que abandonar su país porque no le ofrecía oportunidades, y eso no debería ser. Se tiene que apoyar a las industrias que se generan en México y que dan prosperidad en México, y el turismo, sin duda, es una de ellas.
AN • ¿En qué ramos tenemos que ser más competitivos para que el país tenga la proyección turística que se merece?
Sin duda, en seguridad, conectividad, e infraestructura: aeropuertos, carreteras, marinas; es decir, proyectos de urbanismo y planeación a largo plazo.